Borracha
Me parece que bebí demasiado, nunca había bebido tanto, y me sentó mal. Fui la única. A las demás no les sentó tan mal, las otras chicas también bebieron pero no se sintieron tan mal como yo. Bebieron tanto y bebieron más pero ellas no sintieron eso en el estómago, ellas bailaron hasta el final la canción esa del nananá porque a ellas no les anduvieron por ahí, por adentro. Más de una vez revolviendo adentro. Yo sé lo mal que me sentí, tú lo viste, me sentó fatal la bebida que tragué, era un sentirme mal de cerveza, de ron, de Coca-cola, creo que de tequila y de esa otra cosa que no sé qué llevaba además de leche, no lo sé pero tú sabes de cuál te hablo, lo sabes perfectamente porque tú la pediste en el bar de los baños sin puertas aunque yo te dijese que no quería, la pediste igualmente y yo la bebí igualmente y no llamaste al taxi y yo repetí igualmente que llamases a un taxi e igualmente la canción esa del nananá. La bebí aunque no quería y el taxi tampoco vino aunque yo creo que quería venir. Qué más da, ¿no? La bebí y punto y luego me sentó realmente mal cuando me llevaste a los baños sin puertas aunque yo te dije que no quería estar allí. No lo recuerdo pero supongo que yo tenía la boca abierta y que estaba un poco babada y que mi boca abierta un poco babada pudo crear algún tipo de malentendido entre nosotros. Se me hace extraño explicarlo, una boca abierta o medio abierta con babas o algo de babas. Yo te juro que no la abrí ni la babé para decirte ni sugerirte nada. La abrí para respirar, supongo, qué tontería, las borrachas respiramos con la boca abierta. Lo intentamos. Ahora yo soy una borracha para ti, ya lo sé, puedes decírmelo, no me duele. Borracha. Borracha, presente. Nananá.
Quizá solo buscabas diversión. Divertirse es genial, lo mejor. A mí también me gusta divertirme, me encanta, no soy ninguna aburrida, me encanta divertirme, casi tanto como respirar. En realidad respirar me gusta bastante más. Te juro que es lo que más me gusta, mucho más que abrir la boca o que se me vean las babas. A ti también te gusta respirar, aunque no lo sepas es lo que más te gusta. Buscar diversiones es divertido a veces pero a veces no. Yo pienso que no me buscabas a mí, que solo querías una magdalena. A mí me habrías encontrado en el taxi, no en aquel baño asqueroso sin puertas. Cómo culparte, si te morías por una magdalena. Cogerla con las manos, con los dedos, mojarla en el tazón, como seguramente has hecho esta mañana al levantarte. Por eso me sentó tan mal beber, por borracha, sí, por la leche de ese chupito y porque me sentí un poco como esa magdalena. Como la de esta mañana, que sacaste de un plástico. En realidad me hiciste sentir como un churro pero los churros me dan escalofríos, sobre todo si los coges tú con esas manos, con esos dedos. No creo que lo sepas pero tus dedos están muertos, sin nada, sin cosas mías, sin ganas mías, sin sonrisas mías, sin susurros míos. Por eso me sentó mal lo que bebí, por borracha, la cerveza y el ron y el tequila y ese chupito blanco me sentaron mal sobre tu camisa, tu camisa preciosa, eso lo recuerdo bien, ahí ya estaba despierta, ahí ya podía llamar yo al taxi, me desperté con tus dedos en la boca y eso fue lo que me despertó. Yo solo quería respirar y cuando salió el vómito no te apartaste, no lo esperabas, pensaste que te iba a besar o a lamer o a humedecer o a decirte algo cariñoso y eso hice, aquí están mis poemas, mis canciones, mis magdalenas, quieres mojarte en mí y aquí te mojas, mamarracho, no se puede ser más imbécil, si es que no puedo parar de reír porque tus manos estaban secas y muertas hasta que viste la camisa mojada y te las llevaste histérico al pecho. Qué poco tardaste en insultarme, te manchaste y empapaste de mí por una camisa cara, imbécil, por eso me reí y me sigo riendo y por eso me sienta tan bien hacerlo y estoy tan contenta de poder hacerlo y hasta me apetece cantar el puto nananá, so bobo. Aunque la verdad es que tampoco puedo olvidar que anoche me sentó fatal la bebida, igualmente mal pero eso ya solo es cosa mía.
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